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Deportes

¿Por Qué Duele Después de Hacer Deporte?

KaiK.ai
15/05/2025 08:38:00

Después de una buena sesión de ejercicio, ya sea que hayas salido a correr, ido al gimnasio o practicado tu deporte favorito, muchas personas se hacen la misma pregunta: ¿por qué siento dolor después de entrenar? Esa molestia, a veces leve y otras veces tan intensa que dificulta moverte al día siguiente, tiene una explicación científica detrás y, sorprendentemente, también ciertos beneficios. Entender por qué sucede puede ayudarte a cuidar mejor de tu cuerpo y aprovechar cada minuto de tu rutina deportiva.

dolor muscular de aparición tardía: el protagonista incómodo

La causa más común de dolor después del ejercicio es el dolor muscular de aparición tardía, conocido también como DOMS por sus siglas en inglés (delayed onset muscle soreness). Este tipo de dolor suele aparecer entre 12 y 24 horas después de haber realizado un esfuerzo físico intenso, alcanzando su punto máximo entre las 24 y 72 horas posteriores. No importa si eres principiante o todo un atleta: nadie es completamente inmune.

El DOMS está relacionado principalmente con actividades que implican movimientos excéntricos, es decir, cuando el músculo se alarga mientras está bajo tensión. Piensa, por ejemplo, en bajar una cuesta corriendo, bajar pesas lentamente o hacer sentadillas. Durante estos movimientos, las fibras musculares sufren pequeñas roturas microscópicas. El cuerpo responde enviando más sangre a la zona para reparar el daño, lo que genera una leve inflamación y esa sensación de dolor o rigidez.

¿es bueno o malo sentir dolor después de hacer deporte?

Aunque el dolor nunca es agradable, sentirlo después de entrenar no significa necesariamente que algo esté mal. De hecho, en la mayoría de los casos, es señal de que tus músculos están adaptándose y volviéndose más fuertes. El cuerpo interpreta el ejercicio como un desafío y responde reconstruyendo los tejidos musculares dañados, haciéndolos más robustos que antes para soportar futuros esfuerzos similares. Por eso, el DOMS es común cuando pruebas nuevas rutinas, aumentas la intensidad o vuelves a entrenar después de un periodo de descanso.

Sin embargo, no todo dolor debe ignorarse. Si el dolor es agudo, punzante, te impide moverte o va acompañado de inflamación severa, hematomas o pérdida de fuerza, podría tratarse de una lesión más seria, como un desgarro muscular o daño articular. En estos casos, lo más sensato es descansar y consultar a un profesional de la salud.

otros factores que contribuyen al dolor post-ejercicio

Además de las microlesiones en las fibras musculares, hay otros elementos que pueden aumentar el dolor después de hacer ejercicio. El ácido láctico es uno de los más mencionados, aunque su papel ha sido sobreestimado durante años. Este compuesto se produce durante actividades intensas y aunque puede causar ardor temporal, se elimina rápidamente del músculo, por lo que no es responsable del dolor tardío.

La hidratación y la nutrición también juegan un papel importante. Si no repones líquidos, electrolitos y nutrientes esenciales como proteínas y carbohidratos, tu recuperación muscular será más lenta y te sentirás más agotado. Dormir bien y dar tiempo a los músculos para repararse es fundamental para evitar molestias persistentes.

cómo prevenir y aliviar el dolor tras hacer deporte

Aunque no existe una fórmula mágica para evitar completamente el dolor, ciertos hábitos pueden reducir su intensidad y ayudar a una recuperación más rápida. Hacer un calentamiento adecuado prepara los músculos y las articulaciones para el esfuerzo, disminuyendo el riesgo de lesiones y molestias posteriores. Al finalizar, dedicar unos minutos a estiramientos suaves es una buena forma de relajar los músculos y mejorar la circulación.

Otra estrategia útil es alternar los días de entrenamiento intenso con días de actividad ligera o descanso. Esto le da a los músculos la oportunidad de recuperarse y adaptarse. Los masajes, aplicaciones de frío o calor, e incluso la ingesta de alimentos ricos en proteínas y antioxidantes, pueden ser aliados para disminuir la inflamación y acelerar la reparación muscular.

Si ya tienes dolor, la clave está en escuchar a tu cuerpo. Mantenerse en movimiento con actividades moderadas como caminar o nadar puede aumentar el flujo sanguíneo y reducir la rigidez. Sin embargo, evita forzarte demasiado e incrementa la intensidad del ejercicio de forma gradual para permitir que tu cuerpo se acostumbre poco a poco a los nuevos retos.

el lado positivo del dolor después del ejercicio

Sentir dolor muscular después del ejercicio puede ser una experiencia frustrante, pero también es un recordatorio de tu esfuerzo y compromiso con tu bienestar. Este proceso de adaptación hace que los músculos se fortalezcan y mejora el rendimiento con el tiempo. Además, superar esos días de molestias te dará una mayor confianza en ti mismo y te motivará a seguir avanzando en tu disciplina deportiva.

Aprender a diferenciar entre el dolor normal tras el deporte y signos de lesión es clave para disfrutar de los beneficios del ejercicio sin poner en riesgo tu salud. Cuidar tu cuerpo, alimentarte bien y respetar los tiempos de recuperación harán que cada entrenamiento rinda al máximo.

En definitiva, ese dolor incómodo es, en muchas ocasiones, una señal positiva de que tu cuerpo está cambiando para mejor. Con información adecuada y buenas prácticas, puedes disfrutar de la actividad física mientras cuidas de tu salud y bienestar día tras día.

por KaiK.ai